sábado, 10 de enero de 2015

Read in English. Leer en español. Cuestión de transparencia

Recordemos que este blog versa sobre el aprendizaje de la lectura, y sobre los lectores incipientes, de este modo podemos preguntarnos si es igual de complicado aprender a leer en español que hacerlo en inglés. ¿Parece una tontería cuestionarlo? Es más fácil para un inglés aprender a leer en inglés que en español y viceversa, por supuesto. Pero realmente ¿cuál es más sencillo de leer para un nativo?

La contestación es fácil: el español.

Nuestro idioma es de los menos difíciles para aprender a leer. ¿Por qué? La respuesta se debe a  lo que se denomina transparencia grafo-fonética.
Cuando a  una letra le corresponde siempre el mismo sonido se dice que existe trasparencia grafo-fonética. En castellano la letra “o” representa al fonema /o/ en cualquier texto y bajo cualquier circunstancia, esto es algo que en inglés no sucede. Por ello se dice que el español es una lengua más transparente ortográficamente que el inglés.

El niño que aprende a leer en inglés no encuentra una relación directa entre las letras y los sonidos, de modo que tiene que aprender a interpretarlos en el contexto de la palabra. Esto ha favorecido que los anglosajones hayan utilizado métodos globales de lectura; estos método enseñan a leer comenzando por la frase o la palabra y terminando por la letra.

Estos métodos, también llamados analíticos o descendentes (top down), se usan en lenguas con poca transparencia grafo-fonética para  crear un entorno natural a la pronunciación de las grafías. En español es innecesario, ya que a nadie se le ocurrirá dudar de cómo se lee  una palabra, puesto que existen poquísimas excepciones (del estilo "gue", "güe", etc.).

Se debe de puntualizar que las palabras con una pronunciación diferente a las leyes de descodificación habituales son préstamos de otras lenguas. Pongamos un ejemplo de ello, en España hay una provincia denominada Gerona, actualmente se utiliza el topónimo en catalán "Girona" y se lee "Yirona"; otros ejemplos son ranking que se pronucnia "rankin" o sparring*  que se lee "esparrin", de esta forma podemos encontrarnos con cualquier otro barbarismo que haya admitido la Real Academia de la Lengua Española que mantenga la escritura y pronunciación originales, esto es sin respetar las normas de transcripción del español.

Sin embargo en determinadas zonas hispano-hablantes actualmente se utilizan “métodos globales” para enseñar a leer a los niños. ¿Por qué?

Si buscamos un poco por internet, veremos que muchos maestros contemplan los métodos no-globales como sistemas “tradicionales” (últimamente en España el término “tradicional” tiene un sentido peyorativo), según éstos el ser tradicionales implica:

1.    No respeta el ritmo madurativo del aprendizaje de la lectura en los niños.

2.    Les lleva a un aprendizaje mecánico y no significativo.

Todos estos “pedagogos” olvidan cosas fundamentales, de modo que refutaré punto a punto las anteriores afirmaciones:

1. Con relación al "ritmo madurativo" hay que hacer notar que actualmente el concepto de madurez lectora ha sido abandonado, ya que la palabra madurez denota que el aprendizaje de la lectura surge espontáneamente gracias a la evolución biológica. (Sellés Nohales & Martínez Giménez, 2008), idea que late en algunos pedagogos constructivistas y que se ha demostrado completamente falsa en un post anterior. Sin embargo, todavía hay “docentes” que ven los niños como frutas que van madurando en un jardín (de infancia). ¡Esto de ser moderno es idílico y bucólico!

2. "Aprendizaje mecánico". La conversión de grafía a fonema debe de ser mecánica y automática, no deja resquicios a la creatividad ni a la inventiva; cualquiera que lea “papá” ha de decir /papa/, no se puede crear. En primera instancia han de conocerse las relaciones grafía-fonema para poder tener acceso al texto.
Las convenciones para realizar la transcripción del habla al papel han supuesto unos cuantos miles de años y deben aprenderse tal cual son. Los docentes sólo deben hacer que el código sea aprendido de forma adecuada, y pueda ser utilizado para cualquier actividad que necesite el discente. Para ello debe conocer adecuadamente los procesos biológicos, psicológicos y cualquier otro que pueda afectar en el aprendizaje del alumno. Lo verdaderamente complejo debería de ser la utilización del lenguaje escrito y no el aprendizaje básico de transcripción (escritura/lectura).

¿Cuáles son los métodos “tradicionales” a los que se oponen tajantemente por obsoletos?
Esta pregunta la contestaremos en un siguiente post.

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